lunes, 28 de marzo de 2011

4. Cenicero

- Creo que debería irme ya a casa, mis padres van a empezar a sospechar y tu mujer no se va a tragar eso de que has salido tarde del trabajo.
- Solo un rato más, Ayla. Ya es tarde, son mas de las tres y es mejor que no te vayas sola.
- No, además, estoy cansada de estar aquí...
- ¿A qué te refieres?
- ¿A qué me voy a referir? A esto, estoy cansada de que siempre nos estemos viendo así, en la habitación de un hotel, a escondidas y que siempre sea para follar. La última vez me dijiste que no volvería a ser así.
- Ayla, ya sabes como es mi vida. No se como contárselo a mi mujer y encima están los niños...
- Pero...¿Y yo? ¿Dónde estoy yo? Se supone que me quieres y que ibas a estar conmigo. ¿Por qué no aclaras todo ésto ya? Yo no quiero ser la tía con la que follas las noches que te apetece. Te quiero y tu me quieres a mi. ¡Maldita sea! Quiero una relación normal contigo.
- ¿Normal? Tú no eres normal Ayla y lo sabes. - Enciende un cigarrillo – Anda, tonta. Pasame el cenicero.
- Richard, no me cambies de tema, esto no es cuestión de ser normal o no. Es cuestión de si quieres estar conmigo o no. Y no, no te voy a pasar el cenicero. ¿Tienes manos?¿Tienes piernas? Pues ya sabes. Yo no voy a ser ni mucho menos tu chacha.
- Tienes que entenderme, tengo una familia. Tú solo eres una niña que no tiene nada, para ti todo es mucho más fácil. Venga muñeca, dame el cenicero que se va a caer la ceniza a la cama.
- ¡Ya basta! - Tira el cenicero contra la pared - ¿Muñeca? ¡Pero que te has creído! Estoy harta de todo esto – Se levanta recogiendo su ropa – No quiero que esto vuelva a suceder, si tu no quieres explicárselo a tú mujer yo lo haré. Me largo de aquí.
- No creo que tengas lo que tienes que tener para ir y decírselo. Además, recuerda que tu padre también se enterará de ésto y no creo que le haga mucha gracia saber que su hija se ha estado acostando con un socio de su propio bufete de abogados y que encima está casado tiene 2 hijos y es bastante más mayor que ella.
- Richard...no me retes. Yo ya no tengo nada que perder.
- Cierra la puerta al salir..."


Y pensar que lo he pasado jodidamente mal por ese idiota, que he tenido que irme de mi ciudad por todo el lio que he montado...si es que no tengo remedio – enciende el ipod - . Con un poco de música me olvidaré de todo éste tema.

- Suena su música - Quedan 30 minutos para llegar a la facultad y ya va medio petado el autobús, que agobio. Si no lloviera hubiera ido en skate, ya me he acostumbrado a que me miren mal. Malditos estereotipos, ¿qué hay de malo en que una futura médico utilice como medio de transporte un skate? En fin...odio el autobús...

- Le tocan el hombro – Perdona, ¿está libre éste asiento?
- ¿Qué? ¡Ah! Si, perdona. - le quita las cosas del asiento -

Pues lo que decía, odio el autobús, siempre está lleno y tienes que llevar las cosas encima tooooodo el trayecto para no ocupar el asiento del otro...

- ¿Medicina?
- ¿Qué? - se quita los auriculares -
- Que si estudias medicina.
- Aham, primero.
- Yo estoy en segundo, acabo de llegar.
- ¿En serio? Me tomas el pelo.
- Te lo digo de verdad.
- Me llamo Ayla – le tiende la mano -
- Yo soy Marco.

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