martes, 22 de noviembre de 2011

Blog 18. 10.Silencio


Lunes. Hoy es lunes. Y tu señorita Ayla Shepard tienes clase.

Eso es lo primero que he pensado ésta mañana, odio los lunes. Realmente creo que los Fines de Semana deberían durar un poquito más, con un día más yo me conformaría. Estoy en segundo de carrera y hoy, justo hoy he decidido que la voy a dejar. No sé si para siempre, pero por lo menos por un tiempo sí. No quiero estudiar más, estoy cansada y solo quiero marcharme de aquí.

Así pues, lo que he hecho ha sido meterme a la ducha para “lavar” todos los malos pensamientos, me he vestido y he dejado la cama sin hacer. He cogido a Ray y ni he desayunado, no me apetecía escuchar más el silencio que reinaba en casa. Hoy me iba a permitir el capricho de desayunar fuera. 

Cuando he bajado a la calle hacía ese fresquito mañanero otoñal, menos mal que me había puesto ropa de abrigo. La verdad es que he empezado a andar sin ningún rumbo fijo. Simplemente he dejado que mis pies me guiaran a donde quisieran ellos.

Terminé en una plaza en la que ya había estado antes, justo en el centro de la ciudad. Se notaba que era lunes y no muy temprano, porque no había nadie sentado en ninguna terraza.

Me senté en la mesa de una crepería francesa que había haciendo esquina, justo estaba saliendo un poco el sol. Así que me quité la chaqueta y la dejé en otra silla junto con las otras cosas que anteriormente había dejado allí. Me senté y le dije a Ray que también lo hiciera. Obedeció.

Mientras esperaba a que salieran a atenderme saqué un libro que recientemente había adquirido de la biblioteca. “After Dark”, me lo habían recomendado por ahí y lo encontré en una visita fugaz. No me dio ni tiempo a leerme una página entera cuando un chico, moreno y sonriente me saludó junto a mi mesa.

- Buenos días, ¿Qué va a tomar?
- Hola, ponme…mmm Un café con leche y media tostada de tomate.
- Perfecto, enseguida se lo traigo.

El chico se marchó y yo seguí leyendo, la verdad es que pensé que era una tontería ir a una crepería francesa para tomar un café con leche y media tostada de tomate, pero no me importó, en aquel momento me daba igual. Solo quería seguir leyendo y desayunar tranquilamente para apaciguar mi mente. Miré a Ray y el me miró aburrido, creo que no entendía muy bien porque estábamos en ese sitio, aparentemente sin hacer nada. Le acaricié la cabeza y mientras puse toda mi atención en el libro y me dejé llevar hasta que el chico volvió con mi desayuno.

- Aquí tienes.                                                                                                
- Gracias.

Se volvió a ir, quizás no estaba siendo muy amable ni atenta con él, pero es que no tenía ganas de darle pie a nada, simplemente tenía hambre. Ray olfateó cuando el chico dejó las cosas en la mesa, le encanta comer las mismas cosas que yo.

Cogí el sobre de azúcar y lo abrí, después vertí todo el contenido en el café y removí despacio con la cucharilla. Todo eso sin apartar la vista del libro.

Acerqué la taza a mis labios y sorbí un poco de café, estaba caliente pero no quemaba. En ese momento el sol asomó por uno de los edificios y sentí sus rayos acariciando mi piel, eso me hizo sonreír. Y mordí la tostada de tomate, saqué un trocito de mi boca y se lo acerqué con la mano a Ray que esperaba atento. Se lo comió y espero que le diera más.

Ojalá pudiera hacerlo todas las mañanas, la gente andaba corriendo de un lado para otro, unos para ir a clase, otros para ir a trabajar. Y yo simplemente estaba allí sentada, desayunando sin prisa de ir a ningún sitio. Nadie me estaba esperando y yo no iba a ir nunca más a clase.

Terminé mi desayuno a la vez que seguía con la lectura, pedí la cuenta.

- Perdona, ¿Me puedes traer la cuenta?
- Sí, claro. Son 1’90€.
- Aquí tienes, ¿Te importa que me quede 5 minutos más?
- No, sin problema.

Y allí me quedé, ni 5 minutos ni 10. Estuve media hora allí sentada leyendo mientras me calentaba con el sol y oía como los pasos de la gente se llevaban el silencio de la mañana.

2 comentarios:

  1. Me encanta... Me encanta cómo redactas y me encanta Ayla, la veo como un espíritu libre. :) Cada día me cae mejor esta chica ♥

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  2. Que genial. Has descrito muy bien ese momento de relax y paz consigo misma. Ojalá yo también pudiese escaparme así de vez en cuando.
    Estar simplemente ahí disfrutando de buena compañía, un buen libro, sol y comida... :3

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